Puertas




Adentrarse en cualquier medina marroquí por las callejuelas apartadas de las zonas comerciales, es imbuirse en un mundo de puertas; puertas que, a modo de fronteras, suponen la separación celosamente guardada entre lo público y lo privado, entre el espacio comunitario, la calle, y el exclusivamente reservado al ámbito familiar.- En un contexto de paredes monocromáticas, ajadas en muchos casos, y sin concesión alguna a todo lo que no signifique austeridad de líneas y elementos, las puertas suponen una nota diferenciadora de color y belleza..



Adinteladas, rematadas con arcos, ya sean de herradura, de medio punto, apuntados... , descansando sobre jambas o columnas.- Pintadas, policromadas, simplemente barnizadas, ferreteadas, con aldaba ...; unas de aspecto robusto, otras desafiantes y orgullosas celosas del secreto que protegen, algunas -por contra- muestran fragilidad y el peso de los años... , miles de aspectos diferentes para un mismo elemento con una misma función.-



Puertas que nos inbuyen en la historia, que nos sugieren leyendas, que nos hablan de influencias de otras culturas, de todo lo vivido y lo sufrido, puertas que nos invitan a imaginar lugares secretos... .- Puertas cerradas, alguna entreabierta entre miradas furtivas apenas dibujadas por un gesto.- Puertas que custodian espacios, unos abandonados por la historia y el tiempo, otros plenos de vida y actividad.- Puertas que encierran patios; puertas que ocultan jardines tal vez olvidados de la mano que los cuidó, o palacios antaño suntuosos que viven su vejez en una decrepitud que añora sus lujos vividos, y aún otros que conservan su esplendor; puertas que dan acceso a viviendas humildes pero orgullosas ... .- Cientos de mundos distintos se ocultan a la vista, siempre tras una puerta.-



1 comentario:

Alicia Maralibe dijo...

Me fascinan las puertas, todo un mundo detrás de ellas.Y las de Marruecos, una belleza.🤗

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