El Valle de Bou Guemez

Alto Valle de Bou Guemez, dominado por la imponente mole del Jbel Azurki, de 3.677 m.

I.-EL VALLE.-

Enclavado entre las montañas más altas del Alto Atlas central (Jbel M'Goum, Jbel Azurki, J. Waougoulzat y Jbel Ghat), el Valle de Bou Guemez, a más de 2.000 m. de altura, es uno de esos lugares donde el tiempo parece detenerse o, al menos, transcurrir más lentamente.- La belleza serena de su paisaje y la completa integración de la presencia humana en el mismo hace que el valle entero esté impregnado de un ambiente especial que transmite al visitante una agradable sensación de sosiego.- Su arquitectura es soberbia, mimetizada en el entorno al utilizarse como materiales de construcción la propia tierra que la rodea (se utiliza la técnica del tapial). Una de las principales características de la zona es la abundante presencia de Ighrems (graneros colectivos), auténticas fortalezas de barro de aspecto sólido e imponente, donde se continúan guardando, como hace siglos, las cosechas y las pertenencias de los aldeanos. Muy curioso es el Granero-Morabito de Sidi Mousa, encaramado a lo alto de una colina casi cónica, situado entre las aldeas de Timi e Imelghas, muy cerca del cruce de Tabant, y visible desde muchos ángulos del valle. Tiene la particularidad de, aparte de conjugar las dos funciones de Ighrem y Morabito, tener forma elíptica, algo realmente insólito y curioso (foto drcha.).- La vista que se vé desde él merece el paseo.

El Valle de Bou Guemez es, quizás, la zona del Alto Atlas donde se ha hecho más patente el cambio en las infraestructuras en los últimos años en la cordillera.- Hasta principios de la década de los 90, el único acceso motorizado al valle existente consistía en una pista que partía de Ait Mehamed, y que llegaba al valle tras casi 40 km. de camino duro de montaña, atravesando un puerto de 2.629 m. (el Tizi-n-Tirguist, pero no confundir con otro de igual nombre, con yacimientos de grabados rupestres), circunstancia ésta que obligaba a que el valle estuviera prácticamente incomunicado entre los meses de noviembre a mayo, en años de innivación normal.- En menos de una década llegó al valle la energía eléctrica, se construyó una nueva carretera que, entrando desde el norte, desde Ait Mehamed, bordea los macizos montañosos que cierran el valle por el noroeste, accediendo al mismo por el suroeste (por Aguti, justo la aldea donde moría la antigua pista); y, po último, se amplió y se dotó de un mejor firme a la antigua pista. - Esta mejora de las infraestructuras continúa, ya que en el mes de marzo de este año ya habían empezado a ampliar y adecentar el acceso al valle contiguo de Bou Ouli o valle del rio Lahjdar.-
A pesar de esta notable mejora en las infraestructuras, el valle apenas ha cambiado su fisonomía (salvo el impacto visual del tendido eléctrico) y -a diferencia de otras muchas zonas de Marruecos, donde la llegada del asfalto ha ocasionado una casi inmediata pérdida de los valores arquitectónicos-, las nuevas construcciones de hormigón aún no han tenido cabida en la zona (en la foto de la derecha, vivienda tradicional de Imelghas).- De las conversaciones con los habitantes del valle, bereberes en su práctica totalidad, gente sencilla, perfectamente asequible y orgullosos de sus tradiciones y de su identidad cultural, he sacado la conclusión de que, por un lado, son conscientes de que su modo de vida les ha permitido dominar y controlar el medio profundamente hostil en el que viven durante siglos, y, por otro, saben que es precisamente eso (su arquitectura, su cultura, su medio geográfico) lo que atrae a la mayoría de los viajeros que se acercan a la zona.- Hay que tener en cuenta que la llegada de éstos a la región no se ha producido después de la construcción de la carretera, sino que desde hace más de 20 años, el valle empezó a ser utilizado como punto de partida para numerosos trekings y ascensiones, hasta el punto de que la Escuela Nacional de Guías y Oficios de Montaña se encuentra en Tabant, la capital administrativa del valle.- A principios de la década de los 90 ya había una buen número de gîtes, cuando en otras zonas aún no se había desarrollado este sistema de alojamientos.-


II.- VISITAS Y EXCURSIONES.-
El valle, como ya se ha dicho, es punto de partida para diversas ascensiones, principalmente la del M'goum (4.071 m), y de varias rutas que atraviesan el Alto Atlas hasta los valles y planicies del sur.- También existe la posibilidad de realizar el descenso del cañón del Joro.- Ya se habla en otras entradas de estas posibilidades, aquí nos vamos a centrar en actividades de un día, y de corte "relajado".

Como excursión corta a realizar por la zona, recomiendo la subida al Lago de Izurar, al pié del Azurki.- Se parte desde Ifrane o Zaouia Oulmi, los pueblos situados más al norte del valle, y se tarda aproximadamente unas dos horas en llegar, salvando un desnivel de 500 m..- El lago, que únicamente tiene agua en épocas de lluvias se sitúa en una amplia depresión existente entre el Azourki y el Jbel Waougoulzat (3.763 m.), a 2.600 m. de altura (foto superior).- Junto a él existe un refugio, abonadonado y decrépito, que construyó el gobierno marroquí a principios de los 90, para dar cobertura a la Travesía del Gran Atlas Marroquí.- En primavera y verano, toda la cuenca del lago está salpicada de jaimas de nómadas, generalmente de la tribu Ait Attá (habitantes del Jbel Saghro), que suben a los pastos de verano con sus rebaños de cabras.- Las aguas que se filtran del lago, manan en la superficie junto a la aldea de Zaouia Oulmi, formando las fuentes del rio Bou Guemez, que atraviesa todo el valle.

Imprescindible es la visita al Valle de Bou Ouli, regado por el río Lajdar, al que se accede desde una pista que surje a la derecha de la carretera, y desciende al fondo del valle, unos cinco km. antes de llegar a Agouti, inmediatamente antes de entrar en en Bou Guemez. Esta pista, en pésimas condiciones hasta hace nada, estaba siendo ampliada y arreglada en marzo de 2008.- Las tierras del valle son de una gran variedad cromática, y los pueblos de abode, todos ellos con sus correspondientes graneros, adoptan la tonalidad del terreno en el que se asientan: podemos encontrar pueblos amarillos, pueblos rojos, pueblos marrones.... (fotos drcha y abajo).- Desde uno de los pueblos del valle, Achbakú, es donde se toma la pista hacia los grabados rupestres del Tizi-n-Tirguist.-
Me gustaría recomendar también un paseo tranquilo por los pueblos del valle.- Los lugareños no alterarán sus labores con nuestra presencia, de la que nadie se sorprenderá.-A mi modo de ver, los pueblos más representativos del valle son Imelghas (foto inferior) y los dos que le siguen hacia el norte, Iskattafene e Ikhf-n-Ighir, así como Ait Imi, un km. pasado Tabant, que presenta una estampa preciosa, aunque algo afeada por el tendido eléctrico.- Sin embargo, Tabant carece de encanto alguno, y su zoco de domingo, no tiene el más mínmo interés, pués prácticamente lo único que se oferta es ropa usada y útiles de cocina y del hogar de plástico, de orígen chino.- Podemos completar el paseo perdiéndonos por los sembrados junto al río, principalmente al atardecer.-


También es recomendable una visita al taller de escultura en madera de Ibrahim El Mansouri, en Agouti, prácticamente a la entrada del pueblo. Es un excelente artesano, especialista en cubiertos que realiza en madera de boj con diseños realmente atractivos (los precios oscilan entre 60 y 100 Dh. el juego de cuchara y tenedor, según la dificultad del diseño).- También realiza maquetas en madera de molinos de grano tradicionales y de "tabut" (encofrado de madera para construir muros con la técnica del tapial).- Ibrahim es una persona muy afable, muy orgulloso y conocedor de sus tradiciones culturales, y del que se aprende mucho charlando con él.
Escena cotidiana. Imelghas.
III.- ACCESOS.-
El acceso por carretera, se inicia en Azilal, pequeña ciudad de unos 20.000 habitantes, capital de provincia, enclavada en las altas mesetas de la región más occidental del Atlas Medio. Se puede llegar a ella desde la N 8, tomando el desvio de Afourer, 20 km. después de Beni Mellal, en dirección a Marrakech. Tras pasar la primera muralla montañosa, volvemos a bajar para atravesar la presa de Bine el Ouidane, observando encajonado al fondo de un estrecho valle fluvial de empinadas paredes, el Ued el Abid.- Tras otra subida que nos ofrece bonitas visiones del lago rodeado de montanas teñidas de múltiples tonalidades, llegamos a Azilal.- Azilal es el centro administrativo de la región, y no ofrece mayor interés (salvo la visita a las cercanas Cascadas de Ouzoud).- Al poco de entrar en la ciudad, debemos tomar a la izquierda, en dirección sur, la carretera hacia Ait Mohamed.- A unos 12 km. de Azilal, existe una mesa de orientación, sobre una loma desde la que se divisa la que quizás sea la panorámica más amplia del Alto Atlas. No está indicada, pero distinguimos el lugar porque hay un aparcamiento a la derecha. El camino sale justo frente al aparcamiento, al otro lado de la carretera, y sube a una loma cercana (unos 500 m.).- Un km. antes de llegar a Ait Mehamed, nos encontramos con un cruce que debemos tomar a la derecha, que indica "Bou Guemez".- La ruta , ya de por sí, merece el viaje, ya que las vistas son imponentes conforme vamos abandonando el Atlas Medio y entrado, casi sin darnos cuenta, en el Alto Atlas Central, donde , tras atravesar el puerto de Ougbar (2.250 m.), y sin solución de continuidad, nos sumergimos en el profundo y estrecho valle del Ued Lahjdar.- Inmediatamente antes de entrar en el valle de Bou Guemez, surge a la derecha una pista que desciende hasta el lecho del rio Lahjdar, y que se dirige al valle de Bou Ouli, contiguo al de Bou Guemez y tan interesante y digno de visitar como éste.- Una vez en Bou Guemez, el valle se expande, árboles y cultivos inundan la ancha llanura que abraza al río y las aldeas aparecen una trás otra siempre adosadas a la falda de las montañas (foto izda: Agouti).- La primera que cruzamos es Agouti.- El asfalto llega 7 km. más adelante, justo hasta el cruce de Tabant. A partir de aquí, la pista que recorre todo el valle es ancha y apta para cualquier vehículo.- Desde Azilal a Agouti hay 65 km., debiendo calcular unas dos horas para realizar el recorrido.

También se puede acceder a la zona por la pista antigua, que sale de Ait Mehamed y que accede al valle por el Tizi-n-Tirgist (2.629 m.), que salva la cadena del Jbel Azourki.- La pista fué arreglada hace pocos años, siendo en la actualidad bastante ancha y con buen firme, apta para cualquier vehículo.- El llegar al Tizi-n-Tirguist, hay que seguir en dirección sur, cruzando la montaña, dejando a la izquierda la pista que continúa hacia Zaouía Ahnesal.- La distancia entre Ait Mehamed y Agouti es de unos 65 km., por lo que habrá que invertir algo más de 2 horas para realizar el recorrido.


IV.- ALOJAMIENTO
La práctica totalidad de las aldeas del vale disponen de, al menos, una gîte.- La mayoría están bien equipadas y son acogedoras. Casi todas están regentadas por guías de montaña; en caso contrario, nos informarán sobre la contratación de guías o muleros, si los necesitamos.- En casi todas encontraremos algún estante, mejor o peor surtido, de libros, guías y mapas de la zona.- Los precios suelen ser de 50 dh por noche, 50 dh por cena, 20 dh por desayuno y 10 dh por la ducha caliente (precios marzo 2008).
Yo recomiendo la Gîte "FLILOU", a la entrada de Aguti, viniendo por asfalto.- El personal es muy acogedor y amable, y te facilitarán cuanto necesites, incluso la cocina si deseas cocinar tu propia comida al medio día.- Dispone de varias posibilidades de alojamiento, desde habitaciones compartidas de seis colchonetas equipadas con sábanas y mantas (120 dh. la media pensión), habitaciones dobles sin baño (150 dh. la media pensión), hasta una habitación doble con baño (180 dh. la media pensión). Todos los precios son de marzo de 2008.- La cena es excelente (la verdura del valle es un puntazo) y el desayuno correcto.- Las instalaciones sanitarias están muy limpias.- Si necesitais un guía, en esta gîte os pondrán en contacto con Mohamed Masaud, guía oficial especialista en esquí y travesías de montaña.
En un nivel superior, se encuentra el albergue Dar Itrane, en Imelghas, también muy cómodo y acogedor, y construido en adobe, pero bastante más caro (alrededor de 250 dh. la media pensión, precio de 2003).
En el valle de Bou Ouli, también existen algunas gîtes, sobre todo en Abachkú, más o menos al mismo precio (120 dh. la m.p.), pero bastante más espartanas que las de Bou Guemez, y alguna de ellas más parecida a un caravasar del siglo xv que a otra cosa.
En lo referente al avituallamiento, existen varias tiendas en el valle, principalmente en Aguti y Tabant, para abastecerse de lo imprescidible.


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1 comentario:

nena dijo...

Magnifica entrada . Te felicito por el blog

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