Las gargantas del Gheris y de Imiter

LAS OLVIDADAS.-



Debido a la particular orografía del reborde sur del Alto Atlas, todos los rios de esta vertiente se han visto obligados, tras sortear las altas mesetas donde nacen, a salvar un último obstáculo en forma de muralla rocosa, por lo que todos los rios importantes de esta vertiente, desde el Ziz hasta el Mgoum, han horadado profundas gargantas para poder salir de la cordillera, aunque su triste destino sea no conocer nunca el mar.
Si bien son las del Dades y sobre todo las del Todrá las que se llevan la fama, y en menor medida -aunque no para los trekineros- las del Mgoum, lo cierto es que podemos encontrar en la región gargantas mucho menos conocidas y transitadas, completamente alejadas de los circuitos turísticos, pero que también nos deparan rincones de gran belleza.-
El oued Gheris, que tras salir de las montañas forma y riega, junto con el Ziz, la región del Tafilalt (o Tafilalet), ha excavado dos profundas gargantas en su camino hacia su muerte en el sur, la garganta del Gheris propiamente dicha (o gargante de Amsad), y la conocida como garganta de Imiter.- En ambos casos, el rio ha excavado cañones de paredes verticales de más de 200 metros de altura, aunque con anchura variable, que conforman un ambiente extraordinario, que podremos disfrutar en solitario ya que es una zona muy poco transitada, casi únicamente por transportes locales, lejos del agobio que representa pasear por el Todrá, por ejemplo.- Un recorrido completo que, partiendo de Goulmina podremos finalizar en Tinerhir, nos permite recorrer toda la zona, que nos depara una amplia variedas de estampas y paisajes, desde roquedos desnudos hsta palmerales, y desde las típicas estepas desérticas del sur, hasta pueblos inverosímiles incrustados en las verticales paredes.-
La ruta comienza en Goulmima, donde tenemos que tomar un desvío hacia el norte, en dirección a Tadighoust.- En Goulmimia nos encontramos con varios ksur, algunos ya abandonados y en ruinas, pero otros todavía habitados en su práctica totalidad, como el de Ait Yahía (foto drcha), de dimensiones considerables, y que alberga en su interior tres barrios distintos, cada uno de ellos con sus correspondientes puertas interiores de acceso.- La historia transmitida oralmente entre generaciones por sus moradores cuenta que resistieron duante un lustro los embates y asedios de los Ait Atá durante la primera mitad del S XIX, hasta que en la última mitad de siglo, los Ait Mergad, actuales habitantes de la región consiguieron expulsarlos .


Tras abandonar el extenso palmeral de Goulmima, cuajado de huertos y olivos, que nos acompaña durante el primer tramo de la ruta, nos adentramos en la amplia llanura desértica que nos separan de las últimas estribaciones del Atlas.- Tras 19 km. nos encontramos con el oasis de Tadighoust, donde podremos observar algunos ksur abandonados (foto izda.), estando el centro de la población compuesto principalmente por construcciones modernas.- En este pueblo se acaba el asfalto, debiendo continuar por una pista, dejando el rio, de cauce ancho y seco casi todo el año, siempre a la izquierda.- Nos encontraremos un par de cruces a la derecha, que debemos obviar, continuando siempre en dirección N, donde poco a poco nos iremos acercando a la muralla rocosa.- Siempre con el rio a la derecha y dejando atras un pequeño pueblo con su ralo pameral, nos adentramos en la hendidura rocosa labrada por el Gheris tras milenios de tozudez.- El ancho de la garganta está ocupado por el cauce del rio en su totalidad, por lo que durante unos 14 km. la ruta se desplaza por su cauce seco, sorteando enormes bloques de roca arrastrados por el agua en sus temibles crecidas, y enmarcados entre paredes verticales de más de 200 metros de altura. Las posibilidades de escalar y trazar vías en estas paredes casi virgenes (parece que alguna ruta hay abierta ya) son infinitas, tratándose en su mayor parte de roza de muy buena calidad, muy similar a la del Todra.- En algunos parajes, la anchura de la garganta supera los 70 ú 80 metros, y la acción erosiva del agua se refleja en la base de las paredes, principalmente en las curvas que el rio ha trazado, por lo que únicamente imaginar la fuerza de bajada de las aguas durante las crecidas, pone "la carne de gallina" (foto inferior).- No debemos olvidar que la secular riqueza agrícola de la región del Tafilalt ha venido determinada por las grandes crecidas del Gheris y del Ziz, que anegaban y fertilizaban así una amplia franja de terreno , y todo ese inmenso caudal tenía que pasar inexorablemente por estos estrechos pasajes.


A la entrada de la garganta se observa en la pared de la izquierda los restos de una antigua pìsta excavada en la roca con unos metros de elevación sobre el río, pero que éste ha derrumbado en numerosos puntos (foto izda.).- La última vez que recorrí estos lugares, en marzo de 2006, había máquinas trabajando unos km. antes de entrar en las gargantas, tanto al N como al S de las mismas, ampliando la pista y adecentando vados, por lo que en la actualidad no sé si existirá algún tramo asfaltado.- En cuanto al tramo que se recorre por el interior de las gargantas, pienso que, o se realiza una obra de ingeniería faraónica, incluyendo voladuras (con lo que sería mucho más práctico dedicar el presupuesto a escuelas u hospitales), o es una estupidez construir infraestructura alguna , entre otras cosas porque es una ruta sin ningún interés comerial o económico, transitada únicamente por la población local que dispone de sus propios medios de transporte (que van a seguir siendo los mismos), y a la que una carretera por estos lugares no le hace falta alguna ni les produciría ningún beneficio, y porque pienso que tantas veces lo construyan, tantas veces lo destrozará la furia del río, como ocurre en el sector de la curva de las gargantas del Todrá.- Y en este caso, a diferencia del Todrá, donde el problema existe en un tramo de una longitud inferior a 1 km., en el Gheris, el tramo encajonado supera los 6 ó 7 km..-

Una vez que el valle se abre, abandonamos el cauce del río, para, tras pasar por una pequeña población rodeada de huertos, llegar a Amellago (pronunciar Amlagú).- Desde Goulmima hasta Amellago son un total de 54 km., los 20 primeros de asfalto.


En Amellago, la pista nos deja frente a un edificio administrativo (creo recordar que militar), en la carretera asfaltada que proviene de Rich, debiendo tomarla en dirección oeste, hacia unos enormes farallones rocosos que cierran la relativamente ancha llanura en la que nos encontramos, que aunque aún lejanos, presagian la cercanía de una nueva garganta.- Antes de que el valle se vuelva a cerrar, pasamos por la aldea de Ait Slimane, donde se encuentra la única infraestructura de alojamiento de la zona, consistentes en en un par de albergues, abiertos inicialmente para alojar a los escasos escaladores que han sentido la curiosidad de desplazarse hasta estos lugares.- Tras superar Ait Slimane, la anchura del valle va mermando poco a poco, hasta que nos introducimos de nuevo entre barrancos de caliza rojiza, alfombrados con huertas, frutales y alguna palmera esporádica, hasta encontrarnos con las tres aldeas que forman el conjunto de Imiter, que dan nombre a la garganta (foto del encabezamiento).- Todas ellas son de una belleza estética notable, encaramadas en el escaso espacio que los farallones rocosos permiten, pero el pequeño poblado de Ifran * es increible, con sus casas de piedra y adobe incrustadas en la pared y aprovechando los resquicios naturales de la roca, logrando una sensación de mimetismo absoluto (foto superior).- A mi siempre me ha recordado los poblados mesoamericanos de Nuevo Méjico.-


Conforme nos adentramos en el cañón, el espacio entre las paredes va mermando, al mismo tiempo que aumenta paulatinamente la altura y verticalidad de éstas. Es precisamente en esta zona (desde poco antes de Ifrane hasta 4 km. después) donde se ubican la mayor parte de las vías de escaladas abiertas y equipadas hasta el momento.- La roca caliza es de una calidad similar a las de las vecinas gargantes del Todrá, e igualmente abrasiva.- En algunos tramos, la anchura entre las paredes permite espacio únicamente para el río y la carretera (foto drcha.).- Poco a poco las alturas que cierran el valle van descendiendo, hasta desaparecer por completo y adentrarnos en las altas mesetas típicas de esta zona del Alto Atlas, que ya no abandonaremos hasta llegar a Ait Hani, escoltados por las altas montañas que, con más de 3000 m. se elevan hacia el norte (foto izda.).- El asfalto continúa hasta Assoul, donde nos encontramos un desvío que viene por la derecha, desde Rich.- En total, desde Amellago hasta Ait Hani son unos 70 km. aproximadamente, estando asfaltados los 20 primeros.-

Poco antes de llegar a Ait Hani, pasaremos frente a una montaña descarnada en la que se distingue a media altura un estrato rocoso en el que se han formado varias cuevas, que son utilizadas por algunas familias nómadas de la región como vivienda, como se muestra en las fotos inferiores (panorámica y detalle), tomadas en una desapacible y fría mañana de comienzos de febrero












En Ait Hani, dejamos a la derecha la pista que continúa hacia Imilchil, y tomamos la línea de asfalto que, comenzando aquí, se dirige hacia Tinerhir, de la que nos separan aún 52 km., pasando por Tamtatouchte y las gargantas.


COMER Y DORMIR.-

Como punto de partida se puede tomar Tinerhir o Goulmima, pero la infraestructura de alojamiento de esta última es mas escasa.

En la ruta en sí únicamente encontramos los dos albergues de Ait Slimane, ya reseñados, aunque en Tamttatouchte, ya muy cerca de Tinerhir, también encontramos varios albergues y gîtes.

En cuanto a la acampada, no existen buenos lugares para la misma, a menos que queramos hacerlo en el interior de las gargantas, es decir, en el cauce del río, lo que yo desaconsejo, ya que en el Atlas, como en todas las zonas montaññosas los cambios del tiempo atmosférico pueden ser muy rapidos e impredecibles.


NOTA.- (*).- Ifran o Ifrane significa "cuevas" en thamazig (el singular es ifri), por lo que encontraremos muchos pueblos, e incluso una capital de provincia con ese nombre.





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3 comentarios:

Jordi (Kasbah) dijo...

Una vez más excelente entrada y explicación.
Lamentablemente, hace un año aproximadamente, que toda esa ruta y hasta Ait Hani a través de las también conocidas Gargantas del Amezgour, está ya asfaltado y con algún tramo de pista apta para Porsches.
Y digo lamentablemente, porque los únicos beneficiarios de ese asfalto y como bien dices en tu entrada, están muy lejos de los moradores de la zona.
Ese recorrido, se ha convertido en una clásica para los “buscavidas” del sur, haciendo circuito de un día hasta Amellago, ErRich, Valle del Ziz o bien extendiéndose hasta Ait Hani y las torturadas Gorges du Todra. Desde Amellago hasta Ait Hani, se han multiplicado albergues, restaurantes y Gites de diversa y confusa calidad. Una vez más, fue bello mientras duró.
Si me lo permites, muy cerca de Amellago hay un bucle realmente increíble y del que creo es necesaria mención.
Partiendo desde Amellago dirección norte (ErRich) a unos 20 kms. encuentras un poblado (totalmente asfaltado) Ksar Agoudin, desde ahí a la izquierda, se asciende hasta el Jbel Tagountsa a través de un túnel que hicieron los franceses de acceso a unas minas, la subida hasta ahí, ya justifica el bucle, las vistas son increíbles y me atrevería a decir de las más espectaculares del Atlas, desde la cima, empiezas a descender hasta Assel, Tana y su impresionante Plateau, para llegar hasta Assoul y Ait Hani. Imprescindible 4x4 y buenas, muy buenas ruedas.
Imagino que conocerás la zona de la que te hablo, si no es así, te sugiero la tengas presenta para tu próximo viaje, Invertir una hora en el poblado de Tana es obligado, arquitectura y gentes totalmente inusuales.
Como siempre, un placer leerte.

Unknown dijo...

De nuevo excelente post, pero me ha dejado pensando si es mejor arriesgarse y visitar estas gargantas menos conocidas, o si sigue valiendo la pena por muy masificadas que esten visitar las del dades y Todrá? Alguna recomendación.
También me preocupa como pueda estar ahora estos sitios tras 13 años, sabéis algo más?
Saludos
Muchas gracias

PABLO MUÑOZ CARBALLEDA dijo...

Hola.
Pues sí, la verdad es que esta zona ha cambiado bastante -es una constante en el pais, donde todo cambia a un ritmo frenético- en los últimos años. De entrada, está todo ya asfaltado, aunque siguen siendo mucho menos visitadas que las otras, y muchas aldeas han perdido su personalidad con la proliferación de casas de hormigón. No obnstante, a mi me sigue gustando este recorrido.- Las gargantas del Todrá están ya muy masificadas y llenas de chiringuitos. Ya únicamente voy por ellas de paso hacia Imilchil, pero nunca paro porque hay veces que resulta agobiante entre autocares, coches, vendedores...

Un saludo

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